CAUTIVO
Una hora más tarde que en los últimos años, salía la cruz de guía de la Hdad del Cautivo. De nuevo la Hdad a recobrado su estilo clásico, demostrando que el fervor popular no ha de estar ligado al derroche. El señor Cautivó lucía su túnica burdeos bordada en hilo de oro con un monte de iris morado que resaltaba el dorado del paso. Un conjunto estilístico que favorece muchísimo al paso, cargado esta vez de elegancia y sencillez. La Esperanza volvió a ser la señora de antaño, con su manto en terciopelo verde y su toca de sobre manto. El tocado le favorecía, así como el ajuar elegido para la ocasión.
El barrio se volcó como siempre con su hermandad, acompañando a sus titulares hasta el centro de Dos Hermanas, es destacable como esta corporación convierte el callejón Cruz por unos instantes en el puro corazón de su barrio, en un estallido de fe, en vivo amor a María. La Esperanza se paseo por las calles con un repertorio, al menos, hasta lo que mi memoria cofrade alcanza, insólito. Grandes marchas se interpretaron detrás de la Reina del Rocío, que hicieron vivir verdaderos momentos mágicos durante toda su estación de penitencia.
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