El Domingo de Ramos amaneció explendido, altas temperaturas por las fechas que se vieron calmadas por la noche. La borriquita presentaba una de las novedades más importantes de esta Semana Santa, un cambio de disposición en su misterio pasando San Pedro a la delantera y el Señor al centro de la canastilla acompañado por la burrita chica. Este cambio se presentó el Domingo de Ramos con un original exorno floral, bastante colorido y acertado, que desprendia alegría al paso del Señor de la Sagrada Entrada en Jerusalén. El palio de la Virgen de la Estrella exornado con jacintos blancos destacó por su embriagador aroma y sencillez. Enhorabuena a los priostes de la hermandad. La única anegdota a destacar fue el desprendimiento de la corona de Ntra. Sra. de la Estrella en la calle Sta. Mª Magdalena a la altura de la calle Melliza poco después de su salida, solucionado y apretada de nuevo la corona,siguió con normalidad el itinerario.
Una hora más tarde salió la otra hermandad del Domingo de Ramos, Ntro. Padre Jesús Cautivo lucía la túnica lisa de terciopelo morado y exornaba el paso un monte de claveles rojos, clasicismo nazareno el de esta hermandad señera de Dos Hermanas. El palio de la Virgen de la Esperanza lucía un exorno floral variado, coqueto y de barrio, desbordando alegría por su feligresía. La Esperanza lucía un tocado muy acertado que resaltaba su tez morena, de estilo trianero. La única nota negativa la puso la poca afluencia de público en la entrada de ambas cofradías, muy inferior al de años pasados, quizás la Hdad. de Cautivo podría plantearse otro recorrido de vuelta, la avenida Reyes Católicos recibe muy friamente a la cofradía.
El Lunes Santo amaneció lluvioso, con mal tiempo pero con la esperaza de que la hermandad del puente se echara a la calle de manera inesperada como hace siempre. Con esa esperanza acudieron los nazarenos a la calle Gustavo Bacarissas para ver unas de las salidas más espectaculares de la Semana Santa nazarena y esperadas por los cofrades. Quince minutos más tarde de la hora establecida se puso la cruz de guía en la calle, tras decidir la junta en cabildo extraordinario la salida. Con una nueva túnica en tercipelo morado y bordada por el taller de hermanos de la hermandad, salía el titular cristífero de esta cofradía deleitando a los allí presentes con el buen andar de su misterio, impecable. El misterio estaba exornado por claveles rojos y estrenaba la 2º fase del estucado del paso. El palio de Ntra. Sra. del Amor y Sacrificio presentaba un exorno floral abundante, con rosas holandesas blancas en las esquinas y violeteros frontales y claveles blancos en las jarras de entrevarales. Además la virgen estrenaba la restauración y ampliación de una toca de sobremanto en canutillo fino de oro. La única anegdota del día la protagonizó una leve llovizna que hizo plantearse a la cofradía la vuelta a su capilla a penas 45 minutos de su salida.
El Martes Santo comenzó la pesadilla cofrade y la primera cofradía nazarena se quedaba dentro, la Hdad. de Pasión decidió afortunadamente no salir, la tarde se presentó intratable. El cristo lucía la túnica beige y el palio de Ntra. Sra. del Amparo lucía un nuevo techo de palio bordado sobre recorte.
El Miércoles Santo el tiempo nos dió una tregua y permitió la salida de la Hdad.de Oración. El misterio exornado con claveles rojos presentaba pocas novedades, progresiva mejora en el andar del misterio. La Virgen de los Dolores exornada con claveles blancos, como novedad estaba más alta gracias a la ampliación de la peana que resaktaba más a la virgen. Sencilla y con su nuevo palio negro de terciopelo liso, dejó mucho que desear el andar de un palio al que no le ha sentado nada bien su reforma.
A partir del Jueves Santo puede darse por concluida la Semana Santa de 2011, Vera-Cruz, Santa Cena, Gran Poder, Amargura y Santo Entierro decidieron no realizar estación de penitencia, dadas las circunstacias era totalmente imposible. Santa Cena estrenaba el tallado de la parte delantera de la canastilla,Gran Poder el dorado del frontal del paso del Señor y la Soledad estrenaba una maravillosa saya en tercipelo negro donada por un grupo de hermanos y devotos.
Así se puso fin a la Semana Santa más corta y lluviosa que se recuerda en muchos años.
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