domingo, 30 de mayo de 2010

Viernes Santo (Tarde)


Viernes Santo por la tarde, salia la considerada por un amplio sector del pueblo, la reina de Dos Hermanas. Claro esta que, permitiéndome mi querida madre y señora de la Amargura, la verdadera reina de Dos Hermanas no viste saya ni mantilla, es la que cada tercer domingo de octubre nos inunda de flores de seda y escucha nuestras suplicas sentada en esa bendita silla, presidiendo la capilla que da morada al cuerpo resucitado de su hijo. Costa del Sol se despojaba de barrio y se convertía en hermandad, porque la Amargura no es de su pueblo sino de su barrio, lo que pasa que cada tarde de Viernes Santo nos la dejan para envolvernos de su bendita gracia por nuestra ciudad. Este año, tocaba de mortaja, ya que el año anterior había salido de reina. Con su tradicional monte de claveles rojos nos dejaba esa maravillosa estampa bajando por Real Utrera. Con sus más y sus menos, en mi modesta opinión poco partido se saca a si misma la cofradía del Viernes Santo. Sin olvidar sus raíces, su condición de Hdad de barrio y su clamor popular, debería recoger algo más de seneridad a lo que es la estación de penitencia de esta hermandad. Claro esta que no soy quién para criticar a nadie ni a nada, ni este escrito esta echo con ese fin, sino pretendo dar tan solo mi opinión, y en último caso dar mi visión como cofrade de la ciudad.

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